La literatura de ciencia ficción alcanzó alturas insospechadas a través de las plumas de Isaac Asimov, Ray Bradbury y Frank Herbert, que recibieron un homenaje para celebrar el centenario de su nacimiento (2020) en el XXVI Encuentro Internacional de Escritores. Universos Alternos, que se realiza en nuestra ciudad.
Estos notables autores fueron recordados a través de sus obras por los escritores José Luis Zarate, Gerardo Horacio Porcayo y Alberto Chimal en la Mesa: Isaac Asimov, Ray Bradbury y Frank Herbert en torno a su centenario. La charla fue moderada por el escritor Hermann Gil Robles.
Se hizo mención de las mundialmente famosas novelas Yo, robot, de Isacc Asimov, Crónicas Marcianas, de Ray Bradbury y Dune, de Frank Herbert, que desbordaron la imaginación de muchos y les condujeron a mundos alternos y futuros posibles.
Estilos diferentes
“Son tres escritores con estilos muy diferentes, desde el increíblemente sofisticado lirismo de Bradbury, que creo es el que mejor escribe, a mi parecer y le gusta mucho la nostalgia”, manifestó Zárate.
“En 1920, la ciencia ficción era muy popular, era uno de los géneros más leídos, este es el gran momento de las revistas.
Había miles de autores y ahora recordamos a estos tres escritores por cosas muy interesantes, yo tengo la teoría que los recodamos tanto porque se preocuparon mucho del ser humano en escenarios futuros”.
“Bradbury nos presenta un imperio que se derrumba muy poéticamente, pero no deja de ser una muerte; nos muestra cómo mueren los marcianos y llegan los nuevos marcianos que son los terrestres, en uno de sus mejores libros, Crónicas marcianas.
“Asimov tiene muchos libros, pero sus más famosos son la serie de fundaciones, donde piensa una época intermedia entre la caída de un imperio galáctico y el surgimiento de uno nuevo, pero en medio hay una época de oscuridad tecnológica y lo que se hace para evitar que la barbarie devore a la humanidad”, expuso Zárate.
“Y Herbert habla de un imperio donde aborda el tema ecológico, un Imperio que es tan vasto que ya no se comporta como tal, sino como un organismo que está estancado y en su novela Dunas se va a ver lo que hará este imperio para vivir”.
Literatura que transforma
El primer autor que descubrió fue a Bradbury y fue una experiencia genial, expresó Porcayo en su intervención.
“Bradbury tuvo esa facilidad de contagiar su literatura a partir de la belleza, era más sensible para la literatura. Yo lo recuerdo en los libros de la primaria y secundaria, allí fue donde lo encontré y, extrañamente, el único libro obligatorio en la preparatoria fue de este autor.
“En la preparatoria me pidieron leer Fahrenheit 451 y fue una experiencia inolvidable; es de esos grandes impactos que llegan y transforman en lo sociológico, más allá del efecto especial. A mí siempre me ha gustado la ciencia ficción, pero yo soy de esos hombres que crecieron al amparo de la televisión, entonces crecí con muchas series de ciencia ficción norteamericanas y tenía esa noción del relato de ciencia ficción aventuresca, de las guerras y los grandes efectos especiales”, abundó.
Tal vez, agregó, uno de esos grandes puntos de toque lo constituyó Fahrenheit 451, donde trasformaba completamente la noción de lo que puede ser la ciencia ficción, el totalitarismo y de lo que puede llegar a ser esa pérdida de memoria y esta noción de opresión, de borrar del mapa los libros y que los bomberos se trasformaran en liquidadores oficiales de libros y que una persona se volviera un libro.
“Con esa imagen poética me quedo”, afirmó.
“Pero quien más ha estado constante en mi vida como figura y guía ha sido Asimov; fue el primero que me trazó una historia de la ciencia ficción y toda esa nostalgia, esa sorpresa que expresa.
“Cuando uno lo lee parece un amigo que te está guiando, que te está compartiendo sus grandes cosas, se ríe, se burla y se burla de sí mismo, de sus grandes pretensiones de escritor y de ciencia ficción, y eso para para mí constituyó una piedra de toque especial que me hizo seguirlo leyendo y tener una noción más general de lo que era la ciencia ficción”, explicó.
“Frank Herbert me impactó mucho con Dunas, pero me pareció siempre demasiado sobrescrito, que es lo que me pasa con otros autores con novelas demasiado grandes.
Dunas está increíble y lo que más llama la atención es por su capacidad de mirar la ecología, los movimientos ecológicos, el deterioro y la transformación, quizás es uno de los primeros libros que tratan sobre este tema”.
Historias entrañables
“Estos autores son creadores de historias que se vuelven entrañables, no son autores que se leen exclusivamente en una capa muy aislada y enrarecida del mundo de la lectura, no son autores para escritores y académicos, sino para mucha gente y en especial aquellos que nos aficionamos a esa porción de la literatura de imaginación que se llama la ciencia ficción”, manifestó Chimal
“Aquellos que nos interesa pensar en el futuro, imaginarnos estos vastos imperios, estas grandes aventuras como si estuvieran sucediendo en otros mundos, en otro lugar, en mundos alcanzables a través de la imaginación que se llama el porvenir.
“Y aunque ya no esté entre nosotros esa idea optimista de que la ciencia ficción podría revelarnos, anticiparnos un futuro espectacular y venturoso, al que íbamos a llegar gracias a la tecnología, sí nos está permitiendo imaginarnos las posibilidades que puede tener este futuro”, expuso.
“Porque hemos visto en estos 100 años aplicaciones espantosas de la tecnología, 100 años de abuso, de deterioro ambiental y todo esto en lugar anhelar el futuro nos hace verlo con inquietud, pero igual está allí para nosotros la ficción especulativa para ayudarnos a entrar en nuestra propia conciencia para imaginar ese futuro y para tratar de adelantarnos a él y para encontrar aquello que se está modificando para mal”.
El XXVI Encuentro Internacional de Escritores. Universos Alternos se realiza en la Ciudad, organizado por Conarte a través de la Casa de la Cultura de Nuevo León.
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